En una clase de hatha yoga, la atención se centra en el nivel físico, pero el compromiso mental y la relajación también desempeñan un papel importante. Para empezar, se calientan los músculos con ejercicios especiales como el gato y la vaca y el perro mirando hacia abajo. Además de los ejercicios físicos y las posturas, que también se conocen como asanas, suele haber una sesión de meditación al principio, instrucciones para aprender a respirar correctamente, lo que se conoce como pranayama, y una relajación profunda al final.
Los ejercicios (asanas) los selecciona el profesor y pueden variar de una clase a otra. Una serie característica de ejercicios es el saludo al sol, pero también se incluyen en el programa posturas como la postura de los hombros, la cobra o la torsión. La secuencia de ejercicios se realiza en una secuencia fluida, también conocida como flujo, que en el hatha yoga fomenta la estabilidad, la fuerza y la relajación a partes iguales.