El yin yoga puede tener toda una serie de efectos positivos en el cuerpo y la mente. Probablemente el efecto más obvio sea la relajación durante y después de la clase de yoga. También influye en la tensión del sistema musculoesquelético. Los músculos y la fascia se aflojan y relajan durante este estilo de yoga. Con el aumento de la experiencia, el enfoque meditativo de uno mismo tiene un efecto positivo en la capacidad de concentración, ya que uno aprende a vaciar conscientemente la mente y dedicarse a una sola cosa.
El yin yoga no es simplemente "tranquilidad"; el efecto sobre la quema de calorías a menudo se subestima. No obstante, el trabajo de sostén puede ser muy exigente para la musculatura y, por lo tanto, consumir una cantidad considerable de calorías.
Al activar también la musculatura de soporte más profunda, se fortalece la espalda y, después de algunas clases de yoga, los dolores suelen ser menos frecuentes. Además, el yoga puede tener un impacto positivo en el sistema cardiovascular al reducir el estrés y apoyar la regulación del equilibrio hormonal.